lunes, 23 de junio de 2014

Mar de Viña: Tenedor Libre, no existen las dietas


Ir a un tenedor libre es aceptar un desafío donde el honor está en juego, ¿Quién puede más tu estómago o el administrador del restaurant? Lo primero es prepararse mentalmente para afrontar la avalancha de comida que invadirá tú mesa, lo segundo es no comer al menos tres horas antes del round para no caer knockout. Una vez consciente del tremendo sacrificio que nos espera es importante escoger un compañero digno de hacerse parte en la batalla, alguien cuya hambre sólo se vea opacada por la del Chavo del ocho... un amigo de verdad que además tenga 13 mil pesos, ni tonto pa´invitarlo.
Carne, Carne.
Mar de Viña es un tenedor libre  emplazado en José Manuel Infante #1232, Providencia, y destaca de inmediato por la iluminaciòn y el ambiente que se aprecia en su interior, si tienes la oportunidad de escoger mesa, ojo que en la página recomiendan reservar, es una buena idea acomodarse en las mesas que dan a la calle para mirar por la venta cómo las luces del interior parecen flotar sobre la avenida, en una ilusión óptica que agrega una vista inesperadamente bella.
Salmón
Allí podrás probar una gran cantidad de platos, aunque la variedad es escasa y si pasa el tiempo suficiente en la mesa notarás que algunos se empiezan a repetir. Desde pastas, pasando por  canes, hasta los diversos productos de nuestro mar, todo pasa por la mesa en un desfile de garzones que sólo se ausentan para ir por más.
Picoroco
Las ventajas, claramente el precio y la calidad de la atención; el principal contra es lo fome que acaba siendo comer varias veces lo mismo, aunque de vez en cuando nos sorprenden con un pastel de choclo que en esta temporada siempre se agradece.
Lo mejor es la hora del postre. cuando un mozo llega con una bandeja con toda la variedad de postres, que ahora sí es amplia, los presenta y luego hay que escoger... difícil labor para los amantes del dulce. En esta ocasión los elegidos fueron el tiramisú y las papayas al jugo. El primero notable, sin llegar a ser el tan anhelado postre perfecto si tenía la textura cremosa que se esperaba de él, las papayas por su parte estaban buenas sin llegar a brillar por su sabor.  Tiramisú
Una advertencia a tener en cuenta es la de reconocer la saciedad como un estado y no como una derrota, siempre se puede volver y continuar con el saqueo a las cocinas.

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